lunes, 29 de noviembre de 2010

De entre los muertos

La historia no es nueva ni única, pero remece, al igual que otras por lo cruel y absurda. Carlos Fariña Oyarce, fue detenido por una patrulla militar en su casa de la población La Pincoya, el 13 de Octubre de 1973, tenía 13 años. Sus restos fueron encontrados en la comuna de Pudahuel el 18 de Agosto del 2000, causa de la muerte: heridas de bala. Carlos, el niño, fue asesinado por efectivos militares durante los primeros meses de la dictadura Pinochetista, la historia no es nueva ni única.
Con estos hechos, ya de por si, estremecedores, la directora y en este caso también dramaturga Carola Villegas, armó un relato de contenido dramatismo, dandole la forma de una cantata titulada Octubre de Carlos, su estructura toma de diversas fuentes lo que le confiere un eclecticismo que la enriquece y llena, al alternar texto hablado con acompañamiento musical y texto cantado, nos remite a la forma del recitativo secco de la Opera Mozartiana, pero solo en la forma, ya que la influencia musical de la partitura es evidentemente popular, y va del jazz al folclore, tomando elementos de, según advertí, la opera rock y la cantata popular de corte folclórico.
La linea dramaturgica es bastante pura y va al grano, narrando con rigor histórico y lejos de la truculencia o melodramatismo, los hechos configurados en la investigación judicial del caso.
El elenco, si bien disparejo en lo vocal-actoral, luce bastante homogeneo, lo que habla bien de la dirección, que sin duda se guió por varios preceptos del teatro Brechtiano para esta entrega, este efecto de "distanciamiento" mantiene le relato en el terreno histórico-documental lo que lo hace mas efectivo a la hora de calar en el espectador, que tiene así plena conciencia, todo el tiempo, de estar asistiendo a hechos que ocurrieron tal cual y no hace mucho en este propio País.
Una iluminación bastante austera corona esta estética y una excelente entrega por parte de los musicos, otorga la adecuada atmósfera a este infernal relato.
Una obra recomendable desde todo punto de vista

Donde: Teatro Sala Sidarte, Ernesto Pinto Lagarrigue 131, barrio Bellavista.

José Luis A.



lunes, 22 de noviembre de 2010

Enigma de otro mundo

Cuando quieras leer ( o releer ) una buena narración de terror, date una vuelta por El color que cayó del cielo, del maestro H.P. Lovecraft, pocos relatos logran sumirnos desde las primeras lineas en una atmósfera tan inquietante que llega a causar una sensacion física de incomodidad, y de eso se trata finalmente, que un relato nos transporte a su dimensión, por pesadillezca que esta sea.
Desde la tremenda primera descripción del condado ficticio de Arkham, con sus bosques selváticos, oscuros y tenebrosos, hasta la pintura que hace del "páramo maldito" sentimos estar dentro de una pesadilla de la que no podremos salir ya que la frontera entre lo real y lo irreal es demasiado tenue como para sentirse a salvo cuando amanece. Un meteorito a caído en el condado y desde dentro brota "un color" que imperceptiblemente se va apoderando del paisaje, los animales y las personas, modificando su naturaleza de forma siniestra e irreversible, llevando flora y fauna hacia un infierno que se hace incontrolable en su avance y sus consecuencias, seria un despropósito narrar aquí mas detalles, solo les puedo asegurar que no es fácil dormirse en lo oscuro después de una atenta lectura de este magistral relato.

José Luis A.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Uno menos

Cerro definitivamente el cine Gran Palace, después de décadas de funcionamiento en pleno centro de Santiago, y habiendo terminado como multisala, cierra sus puertas otra mítica sala de esta ciudad, al parecer el destino conocido del cine sean salas albergadas en mall y centros comerciales, como una oferta mas dentro del consumo de otras "especies", solo sobreviven como salas los cine arte y las que están dentro de algún centro cultural, no es un problema achacable al DVD, es culpa de las costumbres que van cambiando, no siempre para bien, y de los intereses del espectador actual, esta desaparición no la veo como buena ni mala, simplemente como cinéfilo siempre lamento una sala menos de cine.

José Luis A.